El éxito de la empresa depende en gran medida de la calidad de las personas que la forman.
Las tensiones, dificultades de comunicación, emociones, abusos, frustraciones y otros problemas internos generan un desequilibrio en el sistema que afecta al rendimiento, y resultados finales.
Una organización en equilibrio es una organización con alto nivel competitivo y capacidad de adaptación.
La fórmula es sencilla: